Reparte seis tarjetas ilustradas más dos tarjetas en blanco a cada participante. En las tarjetas en blanco, cada uno deberá hacer un dibujo simple. Luego, cada participante le tiene que pasar una de esas tarjetas a quien tenga a su derecha, quién la deberá usar como principio de su propia historia; y la otra tarjeta a quien esté a su izquierda, que la usará como final de su historia. ¡A dibujar!