Se reparten cinco tarjetas a cada uno, menos al elegido Maestro de Ceremonias. En ronda y sin elegir que tarjeta poner sino poniendo la primera que uno tiene, alguien comienza la historia. Luego continua el de al lado y así sucesivamente. El maestro de ceremonia, que no tiene ninguna tarjeta, dirá “cambio” en el momento que quiera, y la ronda cambiara de dirección, las veces que este elija. Y cuando quiera dirá “final” y al que le toque el turno tendrá que finalizar la historia.